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El momento llegó: al escenario, maestros. ¿Creían que era imposible escuchar una versión de un clásico de Los Abuelos de la Nada interpretada por representantes del bolero clásico, del folklore tradicional, del pop romántico y de lo electrónico más cool? Pues no, amigos. Ahí estuvieron ellos. Dando cátedra

El himno de mi corazón, por los coaches. Los que escucharán participantes y los eligirán por sus voces. Los que creen que la música se mira con el alma infinita de los ojos cerrados.

Un gran show no es tan grande sin alguien que encienda (o entienda) su mística. Y para eso está Marley, quizás el mejor en eso de ponerle espectacularidad y sentimiento, en dosis iguales, a lo que se ve en pantalla.

Elegantísimo, algo nervioso por el estreno, presenta un clip donde se instruye sobre los pasos a seguir. Porque La Voz Argentina tiene, además, una misión que la define: que las voces sean las únicas protagonistas del gran show. Por eso, en esta primera etapa de “Las audiciones a ciegas”, el objetivo será escuchar (y sólo escuchar) a los concursantes que irán armando, poquito a poquito, los equipos (17 cada uno) de El Puma, La Sole, Miranda! y Axel.






Entonces, el concurso tuvo su arranque. Los participantes salieron al escenario a hacer lo suyo y el espectáculo brilló. Nicolás Sosa fue el que rompió el hielo con una hermosa canción de Sin Bandera. Al final, mientras su familia lo alentaba desde el back, eligió a Axel como coach.






Daniela Olocco, interpretó Ironic de Alanis Morrisette y pasó a formar parte del equipo de Miranda! (“por tener cierto parecido con su estilo pop”).





Por su parte, María Inés Roller se plantó y se decidió por Axel, a pesar de haber recibido una verdadera ovación del resto de los maestros.





Diego Huenchucoy no “sobrevivió” a la presión del escenario y fue expulsado. Pero, claro, prometió, entre lágrimas, seguir con su sueño…





Dennis Smith cantó "What a Wonderful World" y eligió a El Puma (“porque le recordaba a su infancia”).





Margarita Hegglin, embarazada y protagonista de una preciosa historia de amor, eligió a La Sole.





Martín Bruno se decidió por la “trayectoria” de El Puma.





Antonella Vicari (“no soy una cantante, soy una sanadora”) interpretó “con el alma” un hitazo de Adele pero no convenció a ninguno de los maestros. Y sus padres, que miraron todo pegaditos a Marley, mostraron su enojo. “No te jugaste”, le dijo la mamá y desató un revuelo en twitter.





Mario Hugo Suárez prefirió a La Sole y ella se murió de la emoción.





Mientras que Mariano Poblete y su maravillosa versión de Oh Darling se fueron derechito para el lado de los Miranda!




Ya cantaron los diez primeros talentos . Pero las palabras de los coachs fueron los highlights del show. Y los diferentes perfiles de cada uno de los equipos empezaron a dejarse ver con cierta timidez. Soledad se presentó como la más tierna y aguerrida a la hora de la competencia (“venite para mi lado que la rompemos”); El Puma, como un caballero enorme, capitán absoluto del barco, dueño de una calidez increíble para dar ánimo y halagar (“estás buenísima, se me tambaleó la silla cuando te vi”); Axel es y será, seguramente, el representante de las mejores vibras, esas que brillan solas, como su mirada (“busco buenas personas y soy intuitivo”). Y los Miranda!, claro, ya se vislumbran como los excéntricos wonder boys made in Argentina (Me partiste la cabeza, tu tono, tu modo, tu look”).







Con las imágenes de lo que será la próxima audición, las luces del estudio se apagaron, finalmente. El objetivo estuvo más que cumplido: si la música no es otra cosa que fiesta para los oídos. Esta noche de domingo fue una fiesta porque todo, todo, todo fue solamente música.

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